miércoles, 24 de julio de 2013

ESTAR EN CASA



ESTE ARTICULO LO ENCONTRE POR LA RED Y ME HA PARECIDO MUY INTERESANTE OS RECOMIENDO LEERLO

 Desde hace unos años procuro comprar ropa destinada tan solo a estar en casa; la finalidad: estar muy cómoda sin olvidar mi aspecto. Me he dado cuenta de que un gran número de mujeres nos despistamos y terminamos estando en nuestro hogar con una “pinta algo extraña”, combinando colores o hechuras que nunca nos atreveríamos a vestir en la calle. Cuidar vuestro aspecto siempre es importante, no solo cuando estáis “obligadas” y, sí bien es cierto que es oportuno cambiarse de ropa al llegar de la calle o cuando se piensa pasar un domingo sin salir, no es menos cierto que por ello no hay que abandonarse, porque estar en casa no debe significar dejadez o desidia, por el contrario, debería ser sinónimo de cuidado hacia nosotras y hacia los que más queremos y están a nuestro lado. Una actitud que nos aportará bienestar y descanso.
Aunque la mayoría comenzamos bien, no sé porque, con el paso del tiempo, muchas de nosotras acabamos desorganizando los conjuntos y poniéndonos lo primero que pillamos, sin dar importancia al aspecto que podamos ofrecer. Puede que algunas no creáis importante atender al capítulo “estar bien en casa”, pero… ¿a qué cuando os veis desfavorecidas os acabáis poniendo de mal humor? Si intentáis hacer de la estancia en vuestro hogar algo placentero mediante rituales y costumbres que sean de vuestro agrado y os hagan felices, estaréis relajadas y guapas en él. Y si pertenecéis al grupo de las que habéis dejado de dar importancia a este punto y queréis volver “al orden”, aquí tenéis unas cuantas ideas.

Durante el día

La primera regla es no vestirse con nada de lo que os avergonzaríais sí llamarán a la puerta y tuvierais que abrir ¿Creéis que exagero? Pues pensad cuantas veces ha llegado alguien inesperado a vuestra casa y os habéis tenido que cambiar corriendo o afrontar la visita avergonzadas ¿Nunca? Conozco a muchas a quienes sí les ha pasado ¿Y sí no os gusta que los extraños os vean así, porque vosotras os permitís esta licencia ante el espejo? En vuestra intimidad cuando os relajáis y no tenéis que estar perfectas para nadie (o solo para vuestra pareja o familia) es cuando podéis descubrir sí realmente os mimáis (o los mimáis) y si os gusta estar bellas de verdad.
Estar en casa puede significar momentos de descanso o por el contrario de trabajo y organización, pero eso no significa descuidarse o perder la compostura. Existe la tendencia a destinar al descanso prendas viejas, las que justo por este motivo ya no lleváis a la calle, pero es importante llevar ropa adecuada para estar relajadas y cómodas, prendas que nos aporten además armonía por colores y formas, y tener al menos dos conjuntos destinados a estar casa. Yo opto por los colores blanco y gris.  Las que venden en las tiendas de deportes, además de ser muy cómodas, favorecen la figura; yo las utilizo para caminar, hacer deporte y cuando quiero sentirme súper cómoda; los escojo grises, azul marino y negros, también camisetas súper prácticas,  largas (fundamental para ser cómodas) y con un algodón excepcional, las escojo en los mismos colores que los pantalones. Todas estas prendas son, sencillas, prácticas y femeninas, porque en casa no pretendo parecer una princesa, pero si sentirme cuidada y correcta.
Durante el invierno recurro a las rebecas de algodón o punto porque son confortables, agradables y muy estilosas. Todo lo anterior es una pequeña inversión que a la larga, os hará estar más contentas. porque para estar confortables durante el día, el algodón, la licra suave y los colores lisos son suficientes para estar bien en casa; blancos o grises, colores lisos y relajantes. Se trata de coordinar los colores con el mismo gusto e interés que sí fueseis a la calle, pero en la elección debe primar la funcionalidad y comodidad ¡No me refiero a la hora de dormir! (eso es otro asunto, no se debe confundir ropa para estar en casa con “plantarse” un pijama cuando no es la hora de dormir), eso implica desidia, se debe distinguir entre la noche y el día porque cada prenda tiene su finalidad y mezclar puede tener consecuencias sobre el estado de ánimo.
No hay que olvidar estar bien peinadas. Cuidad la parte posterior, porque a veces, se ven melenas inmaculadas por delante y completamente despeinadas (olvidadas) por detrás (¡y eso es lo que esta viendo vuestra pareja cada vez que le dais la espalda!) Si tenéis el pelo largo un recogido informal es un gran recurso. Pese a no maquillaros, os podéis aplicar un ligero colorete, (no hace falta estar absolutamente horrenda por estar en casa), puesto que en invierno la mala cara se agudiza. Siempre, hasta en casa, es reconfortante que cuando os miréis al espejo, éste os devuelva una imagen agradable.
Cuando os sea posible, cread un ambiente placentero, con música o lectura que os haga sentir bien, estad hidratadas y en vuestros momentos de gula, es una buena idea sustituir el dulce por el consumo de fruta. Para ello es importante que, en momentos libres preparéis fruta cortada y la tengáis en el frigorífico. Lo zumos y lasensaladas son otras buenas opciones, y procurad no tener alimentos dulces o pesados en casa. Aunque no lo creáis, todo esto contribuye a estar bellas y de buen humor en el hogar.

Para dormir

Con la ropa para dormir pasa lo mismo. Salvo excepciones se suele comenzar bien, pero con el tiempo se acaba mezclando o no reconociendo que una prenda dejó de ser lo que era. Algunas sois adictas a la lencería y otras, como yo, sois tremendamente prácticas o frioleras y os resistís a las sedas. En este último caso está el peligro, porque se pueden llegar a superponer prendas sin tino ni criterio. Para estos casos, es importante, estar preparadas y vencer al desatino, que al final os hará parecer unas “forajidas”; así que recordad que hay pijamas muy femeninos y prácticos y que pase lo que pase se deben coordinar con el fin de aportar serenidad y belleza. A la hora de dormir tienen prioridad vuestras necesidades, pero intentad que prime un buen criterio. Cuidado con las las batas, no hace falta tipo peluche, puntillas, ni faralaes, basta con algo sencillo y cómodo.
Las zapatillas suponen otro punto delicado porque no es fácil encontrar las que cumplan varios requisitos: que no sean rudas y sean femeninas sin pecar de cursis. 
Aunque cada una tiene su gusto, no os aconsejo colorines chillones o dibujos agresivos. Intentad mirar al espejo con objetividad cuando tengáis puesta vuestra ropa para dormir porque a veces os podéis llegar a preguntar donde ha quedado vuestro lado femenino, vuestra belleza. No os convirtáis en vuestro peor enemigo por no ocuparos de este tema, ya no sois niñas y estar bellas es incompatible con ciertos estampados o zapatillas. Es importante tener en vuestra mesilla de noche una crema hidratante, una de ojos, una de manos, tisúes de papel, una fragancia ligera y agua para beber ¿No os ha pasado en alguna ocasión que necesitaríais una hidratación extra y os lo pensáis por no volver a levantaros de la cama? ¿Os acordáis de las manos y no tenéis una crema cerca?

Saber desprenderse de ciertas prendas

Sé que estamos en crisis, y por eso mismo soy consciente de que sus efectos y la actitud que tenemos está causando estragos en nuestra mentalidad y armario provocando pánico a deshacernos de algo, pero, por favor, tirad todo aquello con lo que estéis horribles o no os hayáis puesto desde dos años, cuando lo abandonásteis fue por algo, que aunque no recordéis, redescubriréis tan pronto como os lo volváis a poner. Sí las prendas están en buen estado plantearos la opción de donar, puesto que hace mucha falta. Sabed tirar un pijama que cumplió su cometido y con el que ya no estáis favorecidas, a veces nos seguimos poniendo una prenda por “inercia” sin darnos cuentan de que ya no ofrece el aspecto de antaño, porque la ropa y los tejidos (mas aún los sometidos a lavado frecuente) también tiene su fecha de caducidad.
Soy consciente de que existe la querencia hacia ciertas prendas que pese a estar en un estado lamentable nos hacen sentir guapas debido al cariño que las tenemos y lo confortables que nos resultan. Yo tengo una chaqueta de cashmere color vino de que tiene 20 años, pero siempre recurro a ella para estar en casa, es parte de mi y me resulta estilosísima. Siempre me reconforta cogerla del armario para ponérmela en casa. Probablemente todas guardáis alguna de estas prendas a la que tenéis un tremendo apego, por lo que éstas que os hacen sentir tan bien están exentas de la eliminación, sin embargo intentad ser objetivas a la hora de conservar porque es importante que os pongáis ropa que os favorezca y dé sensación limpia y fresca.
Las prendas que vistáis en casa tienen que estar siempre limpias (¡por favor!) ¡Qué huela a limpio es tan agradable! Daos cuenta de que en casa se cocina o fuma (los tejidos absorben olores) y la sensación que da ponerse una camiseta que huele a jabón es un verdadero placer. Sí no tenéis ocasión de planchar con asiduidad elegid algodones con una pizca de mezcla o licra porque eso favorecerá que después del lavado esté lista para poner. Todas estas son pequeñas cosas que harán que estéis súper, súper bien en casa. Estaréis realmente guapas, cómodas y contentas.


3 comentarios:

  1. Esta entrada, me ha parecido fantastica!!.
    La he leido ya varias veces porque me parece muy interesante!!.
    Besitos

    ResponderEliminar
  2. Magnifica reflexión!. Tomaré nota de algunas cositas.

    ResponderEliminar
  3. Me encantó esta publicación, llegué a ella por que la mencionaste en el post de la chaqueta de punto de arroz! Que razón tienes! Muchas gracias por recordarme que tengo que tirar esos pantalones tancomodos pero muy viejos de tantos lavados y que en casa debemos seguir estando guapas! Muack!

    ResponderEliminar

TUS PALABRAS SON BIENVENIDAS A ESTE BLOG, EL LEERLAS ES UN ALICIENTE PARA SEGUIR. GRACIAS Y VUELVE OTRA VEZ.