ESTE ARTICULO LO ENCONTRE POR LA RED Y ME HA PARECIDO MUY INTERESANTE OS RECOMIENDO LEERLO
Desde hace unos años procuro comprar
ropa destinada tan solo a
estar en casa; la finalidad: estar
muy cómoda sin olvidar
mi aspecto. Me he dado cuenta de que un
gran número de mujeres nos
despistamos y terminamos estando en nuestro hogar con una
“pinta algo extraña”,
combinando colores o hechuras que nunca nos atreveríamos a vestir en la
calle. Cuidar vuestro aspecto siempre es importante, no solo cuando
estáis “obligadas” y, sí bien es cierto que es oportuno cambiarse de
ropa al llegar de la calle o cuando se piensa pasar un domingo sin
salir, no es menos cierto que por ello no hay que abandonarse, porque
estar en casa no debe significar dejadez o desidia, por el contrario,
debería ser sinónimo de
cuidado hacia nosotras y hacia los que más queremos y están a nuestro lado. Una actitud que nos aportará
bienestar y descanso.
Aunque la mayoría
comenzamos bien, no sé porque, con el paso del tiempo, muchas de nosotras acabamos desorganizando los conjuntos y poniéndonos lo
primero que pillamos,
sin dar importancia al aspecto que podamos ofrecer. Puede que algunas
no creáis importante atender al capítulo “estar bien en casa”, pero… ¿a
qué cuando os veis desfavorecidas os acabáis poniendo de mal humor? Si
intentáis hacer de la estancia en
vuestro hogar algo placentero mediante
rituales y costumbres que sean de vuestro
agrado y os hagan felices, estaréis
relajadas y guapas en él. Y si pertenecéis al grupo de las que habéis dejado de dar importancia a este punto y queréis
volver “al orden”, aquí tenéis unas cuantas
ideas.
Durante el día
La primera regla es no vestirse con nada de lo que os avergonzaríais
sí llamarán a la puerta y tuvierais que abrir ¿Creéis que exagero? Pues
pensad cuantas veces ha llegado
alguien inesperado a vuestra casa y os habéis tenido que
cambiar corriendo
o afrontar la visita avergonzadas ¿Nunca? Conozco a muchas a quienes sí
les ha pasado ¿Y sí no os gusta que los extraños os vean así, porque
vosotras os permitís esta licencia ante el espejo? En vuestra intimidad
cuando os relajáis y no tenéis que estar perfectas para nadie (o solo
para vuestra pareja o familia) es cuando podéis descubrir sí
realmente os mimáis (o los mimáis) y si os gusta estar
bellas de verdad.
Estar en casa puede significar momentos de
descanso o por el contrario de
trabajo y organización,
pero eso no significa descuidarse o perder la compostura. Existe la
tendencia a destinar al descanso prendas viejas, las que justo por este
motivo ya no lleváis a la calle, pero es importante llevar
ropa adecuada para estar
relajadas y
cómodas, prendas que nos aporten además
armonía por
colores y formas,
y tener al menos dos conjuntos destinados a estar casa. Yo opto por los
colores blanco y gris. Las que venden en las tiendas de deportes, además de ser muy
cómodas,
favorecen
la figura; yo las utilizo para caminar, hacer deporte y cuando quiero
sentirme súper cómoda; los escojo grises, azul marino y negros, también camisetas súper
prácticas,
largas
(fundamental para ser cómodas) y con un algodón excepcional, las escojo
en los mismos colores que los pantalones. Todas
estas prendas son,
sencillas, prácticas y femeninas, porque en casa no pretendo parecer una princesa, pero si sentirme cuidada y correcta.
Durante el invierno recurro a las
rebecas de algodón o punto porque son confortables, agradables y muy
estilosas.
Todo lo anterior es una pequeña inversión que a la larga, os hará estar
más contentas. porque para estar confortables durante el día, el
algodón, la licra suave y los
colores lisos son suficientes para estar bien en casa; blancos o grises, colores lisos y relajantes. Se trata de
coordinar los colores con el mismo gusto e interés que sí fueseis a la calle, pero en la
elección debe primar la
funcionalidad y comodidad
¡No me refiero a la hora de dormir! (eso es otro asunto, no se debe
confundir ropa para estar en casa con “plantarse” un pijama cuando no es
la hora de dormir), eso implica desidia, se debe distinguir entre
la noche y el día porque
cada prenda tiene su
finalidad y mezclar puede tener consecuencias sobre el estado de ánimo.
No hay que olvidar estar bien
peinadas. Cuidad la parte posterior, porque a veces, se ven
melenas
inmaculadas por delante y completamente despeinadas (olvidadas) por
detrás (¡y eso es lo que esta viendo vuestra pareja cada vez que le dais
la espalda!) Si tenéis el pelo largo un
recogido informal es un gran recurso. Pese a no maquillaros, os podéis aplicar un
ligero colorete,
(no hace falta estar absolutamente horrenda por estar en casa), puesto
que en invierno la mala cara se agudiza. Siempre, hasta en casa, es
reconfortante que cuando os miréis al espejo, éste os devuelva una
imagen agradable.
Cuando os sea posible, cread un ambiente placentero, con
música o lectura que os haga sentir bien, estad
hidratadas y en vuestros momentos de gula, es una buena idea
sustituir el dulce por el
consumo de fruta. Para ello es importante que, en momentos libres preparéis
fruta cortada y la tengáis en el
frigorífico. Lo
zumos y las
ensaladas
son otras buenas opciones, y procurad no tener alimentos dulces o
pesados en casa. Aunque no lo creáis, todo esto contribuye a estar
bellas y de buen humor en el hogar.
Para dormir
Con la ropa para dormir pasa lo mismo. Salvo excepciones se suele
comenzar bien, pero con el tiempo se acaba mezclando o no reconociendo
que una
prenda dejó de ser lo que era. Algunas sois adictas a la
lencería
y otras, como yo, sois tremendamente prácticas o frioleras y os
resistís a las sedas. En este último caso está el peligro, porque se
pueden llegar a superponer prendas sin tino ni criterio. Para estos
casos, es importante, estar preparadas y vencer al desatino, que al
final os hará parecer unas “forajidas”; así que recordad que hay
pijamas muy
femeninos y
prácticos y que pase lo que pase se deben
coordinar con el fin de aportar
serenidad y belleza. A la hora de dormir tienen prioridad vuestras necesidades, pero intentad que prime un buen criterio. Cuidado con las las
batas, no hace falta tipo peluche, puntillas, ni faralaes, basta con algo sencillo y cómodo.
Las zapatillas suponen otro punto delicado porque
no es fácil encontrar las que cumplan varios requisitos: que no sean
rudas y sean femeninas sin pecar de cursis.
Aunque cada una tiene su gusto, no os aconsejo colorines chillones o dibujos agresivos. Intentad
mirar al espejo con
objetividad cuando tengáis puesta vuestra ropa para
dormir porque a veces os podéis llegar a preguntar donde ha quedado
vuestro lado femenino,
vuestra belleza. No os convirtáis en vuestro peor enemigo por no
ocuparos de este tema, ya no sois niñas y estar bellas es incompatible
con ciertos estampados o zapatillas. Es importante tener en vuestra
mesilla de noche
una crema hidratante, una de ojos, una de manos, tisúes de papel, una
fragancia ligera y agua para beber ¿No os ha pasado en alguna ocasión
que necesitaríais una
hidratación extra y os lo pensáis por no volver a levantaros de la cama? ¿Os acordáis de
las manos y no tenéis una
crema cerca?
Saber desprenderse de ciertas prendas
Sé que estamos en crisis, y por eso mismo soy consciente de que sus
efectos y la actitud que tenemos está causando estragos en nuestra
mentalidad y armario provocando pánico a deshacernos de algo, pero, por
favor,
tirad todo aquello con lo que
estéis horribles
o no os hayáis puesto desde dos años, cuando lo abandonásteis fue por
algo, que aunque no recordéis, redescubriréis tan pronto como os lo
volváis a poner. Sí las prendas están en
buen estado plantearos la opción de
donar,
puesto que hace mucha falta. Sabed tirar un pijama que cumplió su
cometido y con el que ya no estáis favorecidas, a veces nos seguimos
poniendo una prenda por “inercia” sin darnos cuentan de que ya no ofrece
el aspecto de antaño, porque la
ropa y los tejidos (mas aún los sometidos a lavado frecuente) también tiene su
fecha de caducidad.
Soy consciente de que existe la
querencia hacia
ciertas prendas
que pese a estar en un estado lamentable nos hacen sentir guapas debido
al cariño que las tenemos y lo confortables que nos resultan. Yo tengo
una chaqueta de cashmere color vino de que tiene 20 años, pero siempre
recurro a ella para estar en casa, es parte de mi y me resulta
estilosísima. Siempre me
reconforta cogerla del armario para ponérmela en casa. Probablemente todas guardáis alguna de estas
prendas a la que tenéis un
tremendo apego, por lo que éstas que os hacen
sentir tan bien están exentas de la eliminación, sin embargo
intentad ser objetivas a la hora de conservar porque es importante que os pongáis ropa que os
favorezca y dé
sensación limpia y fresca.
Las prendas que vistáis en casa tienen que estar
siempre limpias (¡por favor!)
¡Qué huela a limpio es tan agradable! Daos cuenta de que
en casa se cocina o fuma (los tejidos absorben olores) y la sensación que da ponerse una camiseta que huele a jabón es un
verdadero placer. Sí no tenéis ocasión de planchar con asiduidad elegid algodones con una pizca de
mezcla o licra porque eso favorecerá que después del lavado esté
lista para poner. Todas estas son pequeñas cosas que harán que estéis súper, súper bien en casa. Estaréis realmente
guapas, cómodas y contentas.